Hay algo que puede aprenderse de una tormenta. Al encontrate con un chaparrón repentino intentas no mojarte y te pones a correr; aunque corras por debajo de las cornisas de las casas sigues mojándote. Si lo tienes claro desde el principio, no habrá sorpresas...aunque te mojarás igual. Este concepto se puede aplicar a todas las cosa
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